Ayuno de Daniel, Día 15 – ¿Por qué deseas recibir el Espíritu Santo?

Why

Ya estamos en pleno Ayuno de Daniel y muchos buscan la presencia de Dios con intensidad, fe y persistencia. ¡Ese es precisamente el propósito de este ayuno! Sin embargo, en medio de esta búsqueda, cada persona debe hacerse una pregunta importante: “¿Por qué quiero recibir el Espíritu Santo?”.

La respuesta a esta pregunta es de suma importancia. Dios no solo se fija en nuestras acciones; examina nuestras intenciones. Si bien esta es una búsqueda maravillosa y necesaria, la razón detrás de tu deseo marca la diferencia.

Algunos buscan el Espíritu Santo simplemente porque otros a su alrededor ya lo han recibido. No quieren sentirse excluidos, menos espirituales o “rezagados”. Otros quizás quieran sentirse importantes o valorados, como si esto demostrara su valor o santidad.

Pero el Espíritu del Señor no es una insignia de honor ni un símbolo de estatus espiritual. Él es la presencia del Altísimo que mora en nosotros, no para hacernos sentir superiores, sino para capacitarnos para servirle, obedecerle y glorificarle.

“Pedís y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres.” (Santiago 4:3). Si nuestra razón para buscar la presencia de Dios se basa en el orgullo, la comparación o la ambición egoísta, seguramente nos quedaremos con las manos vacías. Nuestra verdadera motivación debe ser glorificar Su Nombre.

Cuando el Espíritu Santo desciende sobre alguien, es para transformarlo en un testigo de Jesucristo: alguien que será usado para guiar a otros a la salvación, ayudar a los quebrantados de corazón y vivir en rectitud.

El Espíritu Santo nos da el poder para vencer el pecado, la valentía para compartir nuestra fe y la fuerza para afrontar las pruebas de la vida. Pero, sobre todo, nos hace uno con Dios, y esa unidad no es para beneficio personal, sino para que podamos ser instrumentos en sus manos.

Así que hoy te animamos a reflexionar: ¿Deseas que el Espíritu Santo solo te haga sentir bien o que te ayude a hacer el bien? ¿Tu mayor deseo es ver el Nombre de Dios glorificado en tu vida? Si concluyes que tus intenciones son sinceras y buenas, sigue adelante porque estás en el camino correcto, ¡y pronto recibirás la mayor bendición!

Por otro lado, si te das cuenta de que lo has estado buscando con intenciones egoístas, cambia tu comportamiento, pero no dejes que esto te desanime. Dios no busca la perfección; busca sinceridad. Sé sincero con Él y pídele que cambie tu corazón e infunda su voluntad y visión en ti. Sin duda, Él te guiará por el camino correcto.