Un error común que se comete durante el Ayuno de Daniel es simplemente reemplazar el contenido secular con contenido cristiano. Algunos dejan de ver programas mundanos o de navegar por las redes sociales (lo cual es genial), pero inmediatamente llenan ese espacio con horas de series bíblicas, videos de YouTube relacionados con la iglesia, música evangélica, etc.
Aunque estas cosas son espiritualmente más sanas y edificantes, y pueden ser beneficiosas durante estos 21 días, no podemos dejar que se conviertan en nuestro “nuevo entretenimiento”.
El propósito del Ayuno de Daniel no es solo cambiar un tipo de contenido por otro. Es profundizar, desarrollar una conexión personal con Dios y escuchar su voz con mayor claridad. Y esto no puede suceder si tu mente está constantemente llena de información, incluso de buena información.
Es maravilloso tener acceso a tantos recursos basados en la fe, pero debemos tener cuidado de no usarlos como sustitutos de una verdadera relación con Dios.
Alguien puede ver contenido cristiano de la mañana a la noche y aun así acostarse sintiéndose espiritualmente seco. ¿Por qué? Porque nunca se tomaron el tiempo para meditar en la Palabra, ni para sentarse en silencio a hablar con Dios y dejar que el Espíritu Santo les hablara. La actividad no es lo mismo que la conexión. Puedes estar espiritualmente “ocupado” y aun así sentirte lejos del Señor.
Así que sí, sigue conectado con los mensajes de fe que compartimos a diario y dedica momentos para disfrutar de tiempo de calidad con tu familia viendo una serie bíblica, pero úsalos como herramientas para fortalecer tu conexión personal con Dios, y nunca a cambio de ella.
Retrocede un paso y dale a Dios la tranquila y completa atención que merece. Desconéctate para poder conectar verdaderamente y busca su transformación y poder.
