En una era de individualismo y conveniencia digital, muchos se preguntan: “¿Realmente necesito ir a la iglesia para conectar con Dios?”. Es una pregunta válida, sobre todo considerando que Él es omnipresente y puede escuchar nuestras oraciones ya sea que estemos en casa, en el coche, en el trabajo e incluso en momentos de reflexión.
La Biblia también puede (y debe) leerse en casa, y podemos buscar la presencia de Dios en cualquier lugar. Sin embargo, a pesar de esta verdad, la respuesta sigue siendo un rotundo sí. Necesitamos ir a la iglesia, y no por tradición ni obligación, sino porque la iglesia juega un papel vital en la vida espiritual del cristiano.
La iglesia es más que un simple edificio; es un espacio sagrado apartado para la comunión con Dios. El Señor Jesús mismo participaba en la sinagoga con regularidad y enseñaba allí. También dijo: ” Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:20). Este no es solo un versículo bíblico poderoso; es una promesa.
Cuando nos reunimos con otros en la fe, la presencia de Dios se manifiesta de una manera especial que va más allá de nuestra conexión individual con Él. Hay poder en la unidad. Estar rodeados de otros que comparten la misma fe nos fortalece, nos ayuda a mantenernos enfocados y nos recuerda que no estamos solos en este camino.
Durante el Ayuno de Daniel, buscamos escuchar la voz de Dios con mayor claridad y acercarnos a Él. Una de las maneras más efectivas de hacerlo es participar en las reuniones con la mayor frecuencia posible, ya que cada reunión ofrece guía y enseñanzas basadas en las Sagradas Escrituras.
El mundo puede estar lleno de dudas y negatividad, pero al entrar en la iglesia, se respira un ambiente de ánimo, fortaleza y fe. Además, puedes buscar al Espíritu del Dios vivo, que te permite llevar este ánimo, fortaleza y fe a dondequiera que vayas.
Además, en la iglesia, hay pastores y obreros disponibles para brindar apoyo en oración e interceder por tu vida en momentos de necesidad. Así que, aunque puedas conectarte con Dios en cualquier lugar, no pierdas el gran privilegio de poder venir a su casa, entre su pueblo, escuchar su Palabra y buscar su presencia.
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