Amigo de Dios: El secreto de la fe de Abraham

Abraham

«y se cumplió la Escritura que dice: Y Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.» (Santiago 2:23)

Para comprender verdaderamente el significado de este versículo, primero debemos considerar el mundo en el que vivió Abraham. Su generación se había alejado de Dios, atrapada entre dos extremos: la idolatría por un lado y la incredulidad por el otro.

Si lo pensamos bien, el mundo actual no es muy diferente. Mucha gente no cree verdaderamente en Dios, y en cambio deposita su fe en diversas cosas: horóscopos, suerte o incluso el color de su ropa, creyendo que esto determinará su destino.

Abraham vivió en un mundo así, pero en su interior había sinceridad y un anhelo por algo más grande y significativo. Esto se evidenció en la forma en la que trataba a su mujer, Sara. Dado que ella no podía darle hijos, Abraham podría haber tomado otra esposa, como era costumbre en aquella época. Pero, en cambio, optó por no avergonzarla.

Otro ejemplo de su carácter se ve cuando su hermano falleció. Abraham se hizo cargo de su sobrino Lot, criándolo como si fuera su propio hijo. Estas acciones reflejan a un hombre íntegro y compasivo. Y lo más importante, a pesar de haber crecido en una cultura con muchos dioses, Abraham eligió creer en el Único Dios Verdadero y, sobre todo, obedecerle. Fue esta obediencia la que llevó a Dios a llamar a Abraham su amigo.

Lo mejor de todo es que Dios también puede ser tu amigo. Así es, del mismo modo que Abraham caminó cerca del Señor, tú también puedes formar ese mismo vínculo. Sin embargo, para apropiarnos de esta promesa, debemos seguir el ejemplo de Abraham: servir a Dios sin importar las opiniones o el comportamiento de quienes nos rodean y permanecer fieles y obedientes, incluso cuando las circunstancias parezcan desfavorables.

Como dijo Jesús: «Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.» (Juan 15:14). Si te comprometes a construir una relación personal —un pacto— con Él y obedeces su voz, sin duda se revelará a ti. Y cuando Dios es tu amigo, ¿qué más podrías necesitar?

Los beneficios de esta amistad divina se ilustran claramente en las promesas que Dios le hizo a Abraham: «de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido mi voz» (Génesis 22:17-18).

¿Estás dispuesto a seguir los pasos de Abraham y a cultivar una relación íntima con el Altísimo?

Únete a nosotros los domingo a las 10:00h (también a las 7:30h y 18:00h) en la Iglesia Universal en español, donde aprenderás a servirle mejor y a construir una comunión fuerte e inquebrantable con Él.

Evento: Reunión de Domingo
Día y hora: Todos los domingos a las 10:00h (también a las 7:30h y 18:00h)
Lugar: En la Iglesia Universal en español