El amor es como un jardín: si no lo cuidas, se marchitará. Nutrir una relación significa invertir tiempo, atención y cuidado de forma constante para crear un entorno donde el amor pueda florecer y el vínculo se fortalezca con el tiempo.
La Biblia nos recuerda en Gálatas 6:9: “…Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.” En el contexto del amor, esto significa que los actos constantes de cuidado, aunque parezcan pequeños, darán fruto con el tiempo.
Nutrir no se trata solo de lo que das, sino de cómo lo das. El cuidado genuino proviene del amor, no de la obligación. Se demuestra en tu disposición a estar presente tanto en los momentos fáciles como en los difíciles. Se trata de recordar los detalles que le importan a la otra persona, elegir animar en lugar de criticar y encontrar alegría en apoyar su crecimiento tanto como en el tuyo.
También requiere paciencia, porque el crecimiento no se da de la noche a la mañana. Así como una planta tarda en florecer, las relaciones necesitan temporadas de inversión antes de que los resultados sean visibles.
Habrá momentos en que tus esfuerzos pasen desapercibidos o los desafíos pongan a prueba tu compromiso. Sin embargo, nutrir significa elegir seguir presente y creer en el valor del amor que estás construyendo. Al hacerlo, cosecharás recompensas que harán que todos tus esfuerzos valgan la pena.
¿Te gustaría nutrir tu relación o plantar las semillas para una futura? Entonces, únete a nosotros el sábado 30 de agosto a la 13:00h en Kennington Park para The Love Walk. ¡Esperamos verte allí!
