Una parada que trae victoria

Stop

¿Qué te viene a la mente cuando escuchas la palabra “parar”?

Para muchos, esta palabra evoca la imagen de un semáforo en rojo, una pausa repentina en el movimiento o incluso un momento en el que todo en la vida parece detenerse. Sin embargo, en la Biblia, “parar” a menudo conlleva un significado mucho más profundo: habla de la intervención divina, momentos en los que el dolor, la pérdida y la desesperación llegan a su fin por el poder de Dios.

En el Evangelio de Lucas, leemos sobre una madre afligida que perdió a su único hijo. Su vida había estado marcada por el dolor y la pérdida, y ahora, tras su muerte, parecía que su sufrimiento no podía empeorar. Sin embargo, cuando Jesús la vio, todo cambió:

“Al verla, el Señor tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: Joven, a ti te digo: ¡Levántate! El que había muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.” (Lucas 7:13-15)

Con solo una palabra, Jesús detuvo su dolor. Detuvo la procesión fúnebre. Detuvo el dolor que había definido su vida. Al traer de vuelta a su hijo, le dio no solo un milagro, sino también la esperanza y la restauración que creía haber perdido para siempre.

Esta es más que una historia de compasión; es un poderoso recordatorio de que cuando Dios interviene, el sufrimiento no tiene la última palabra. Así como Jesús detuvo la angustia en la vida de esa mujer, también puede poner fin a las dificultades que puedas estar enfrentando hoy, especialmente en tus finanzas.

Quizás te sientas como esa mujer: tu vida se ha detenido por dificultades financieras. Quizás estés agobiada por las deudas, incapaz de cubrir los gastos mensuales o luchando por cuidar de tu familia. Los planes para el futuro parecen imposibles, e incluso las decisiones más sencillas del día a día pueden resultar abrumadoras.

Así como Jesús pronunció una palabra y la vida avanzó para la madre afligida, Él también puede intervenir en tu situación. Dios puede detener el ciclo de dificultades financieras, restaurar lo perdido y abrir puertas donde parecía no haberlas. Él puede traer claridad a la confusión, alivio al estrés y una renovada esperanza. Incluso cuando la vida se siente paralizada por las presiones financieras, Dios tiene el poder de reiniciar tu camino.

Únete a la reunión de Prosperidad con Dios, es hora de poner fin a las deudas crecientes, las dificultades financieras y todo desafío que te ha impedido avanzar. Ven con fe y esperanza, y creamos juntos que tus dificultades financieras se convertirán en victoria.

Evento: Prosperidad con Dios
Día y hora: Lunes a las 19:30 h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Lugar: En la Iglesia Universal en español