Durante casi tres décadas, la línea de ayuda, disponible las 24 horas, de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) ha sido un faro de esperanza para quienes más lo necesitan. Desde que la iglesia abrió sus puertas hace 30 años, la línea de ayuda ha estado presente de manera constante, ofreciendo apoyo y orientación a innumerables personas. Con un promedio de 1,400 llamadas mensuales, la línea de ayuda ha recibido la impresionante cifra de 12,319 llamadas en 2024 hasta noviembre.
Entre quienes encontraron consuelo a través de la línea de ayuda se encuentra Julie Tedeschi. Cuando llamó al 020 7686 6000 hace años, nunca podría haber imaginado que 21 años después, sería ella quien estaría al otro lado de la línea, ayudando a quienes se encuentran en la misma situación que vivió. Aquí, Julie comparte su experiencia como gerente de la línea de ayuda, reflexionando sobre su recorrido desde la buscar apoyo hasta convertirse en quien lo brinda.
“Vine de una familia alcohólica. Salían de fiesta todos los fines de semana, ya fuera en nuestra casa o en la de algún pariente. Había mucho alcohol, por lo que era natural que yo recurriese a él para bloquear los pensamientos morbosos que rondaban en mi cabeza. Trabajaba en un centro residencial de rehabilitación de alcohólicos, pero bebía a escondidas la mayoría de los días y llegaba al trabajo completamente ebria. Aunque había intentado de dejar de beber varias veces, sin razón aparente, las ganas se apoderaban de mí y volvía a caer en la bebida.
“Sin embargo, la ayuda me encontró a mí. Chris, la novia de mi hijo en ese momento –y ahora su esposa–, conocía la Iglesia Universal y, aunque me invitaban muchas veces, siempre me negaba, sabiendo que necesitaba ayuda. Solo cuando decidí aceptar esa invitación y me di una oportunidad, pude encontrar la paz que nunca antes había experimentado, junto con la confianza de saber que era lo suficientemente fuerte para luchar y superar esos impulsos que me habían dominado durante tantos años.
“Cuando llegué por primera vez a la iglesia en Brixton, un pastor me recibió con una cálida sonrisa. Me hizo señas para que me acercara al altar y fue la primera vez que le conté a alguien acerca de mis pensamientos más íntimos: suicidio, problemas de salud, alcoholismo, insomnio y la sensación de que a veces me estrangulaba una fuerza invisible mientras estaba despierta. No podía creer que estuviera hablando tanto, pero me dio tranquilidad saber que el pastor entendía lo que estaba diciendo.
“Él me aconsejó que asistiera a las reuniones de los martes (día de sanación), viernes (limpieza espiritual) y domingos (fortalecimiento) y me dijo que oraría por mi. Me pareció extraño porque, por lo general, en los otros lugares a los que iba solo me vendían anillos, agua y pociones para protegerme.
¡Recuerdo que una vez incluso me dieron una foto de un santo y me acompañaron hasta la puerta! Pero ese día fue diferente. En el breve camino desde la reunión hasta mi casa, noté que algo dentro de mí había cambiado. Era como si me hubieran quitado una pesada carga de los hombros. Esa noche, por primera vez en varios años, dormí profundamente.
Comencé a asistir a las reuniones regularmente con una alegría renovada. Me recibieron calurosamente, me ayudaron y me enseñaron a usar mi fe para superar mis obstáculos. Recibí consejos prácticos para mi bienestar espiritual y las cosas no tardaron en cambiar para mí, debido a mi fuerza de voluntad y al apoyo que recibí.
Hoy soy una mujer completamente nueva, ¡y esta oportunidad que tuve está disponible para todos! Es por eso que para mí, la Línea de Ayuda no es solo un trabajo. He tenido el privilegio de comprender que, aunque las personas sonrían y digan que están bien, muchas veces están sufriendo por dentro. Llevo casi 22 años trabajando en la Línea de ayuda y, a lo largo de los años, hemos aprendido que las personas se sienten más cómodas compartiendo sus problemas por teléfono. No tienen que mirarte a los ojos ni interpretar la expresión de tu rostro; esto les ayuda a no sentirse juzgadas, permitiéndoles desahogarse y contar todo lo que les preocupa.
No hay palabras para expresar lo gratificante que es hacer esto día a día.
La línea de ayuda se creó para personas que sufren. No importa la edad que tengas, tu religión o tu color de piel. ¡Estamos aquí para ayudar a todo el mundo! Nuestra Línea de Ayuda está disponible para que cualquier persona llame las 24 horas del día, todos los días.
Julie Tedeschi
“Cuando la gente se entera de que nos casamos en la cima de una montaña helada, primero nos miran con incredulidad y luego preguntan: ¿POR QUÉ? Para entenderlo, es importante conocer algunos antecedentes sobre lo que me llevó a la Iglesia Universal en primer lugar.”
Jestina Yohannes creció atormentada por un ciclo escalofriante e implacable que afectó a un miembro de la familia tras otro. Ver a más de treinta miembros de la familia sucumbir a diversas enfermedades que los llevaron a la muerte la dejó con un miedo abrumador de que ella sería la siguiente. Ahora que es madre, comparte cómo se liberó de este “maleficio familiar” y cómo esto tiene todo que ver con su boda en la cima de la montaña.
“Mi pesadilla comenzó alrededor de los 12 años. Estaba viviendo en Zimbabue con mi familia cuando una de mis hermanas mayores enfermó repentinamente, un simple resfriado que rápidamente se transformó en neumonía y le quitó la vida. El desastre golpeó de nuevo cuando mi hermana menor fue víctima del sarampión, una enfermedad altamente contagiosa que se la llevó en cuestión de semanas. El dolor de perder a seres queridos parecía interminable. Era como si mi familia estuviera marcada por la tragedia. Un pariente tras otro desarrollaba condiciones repentinas e inexplicables, como problemas hepáticos, ataques cardíacos e hinchazones insuales.
“La cadena de desgracias empeoró con nuestras dificultades económicas. Mis padres trabajaban duro, pero no teníamos lo suficiente. Mis hermanos y yo trabajábamos en los campos para pagar las cuotas del internado. Era insoportable ver a todos los demás niños irse a casa y nosotros teníamos que trabajar. La escuela debería ser un lugar de aprendizaje, pero en cambio se convirtió en un lugar de dolor, ya que periódicamente recibía noticias de más familiares que morían, estaba convencida de que era una maldición.
¿Por qué no te suicidas? Morirás de todos modos”, esto me hizo querer renunciar a la vida por completo, pero no tenía el coraje para hacerlo. No quería vivir más con miedo, sentí que tenía que hacer algo con esta “maldición de muerte”. ¿Pero qué? “Desesperada, recurrí a los brujos. El largo viaje para encontrarme con ellos no me importó siempre que sus rituales y ceremonias cumplieran su promesa de protección. Durante años, me aferré a estas prácticas con la esperanza de que rompieran la racha de mala suerte, pero no fue así. Me sentía desesperanzada.
“Un día, de regreso a casa, vi un folleto en el suelo con las palabras: ‘Para de sufrir’. Inmediatamente me llamó la atención. Me resonó tanto que busqué la Iglesia Universal de inmediato. De hecho, pasé por delante del edificio cinco veces y justo cuando estaba a punto de darme por vencida vi el cartelcon la paloma y el corazón.
“Entré en la iglesia, la reunión ya había comenzado, así que me senté en la parte de atrás. Salí sin hablar con nadie. Sin embargo, lo primero que noté fue que me sentía diferente: no tenía tanto miedo como antes. Este cambio me hizo volver al día siguiente y todos los días posteriores.
“Me lancé a la Cadena de Oración (una serie de oraciones que se hacen semanalmente sin interrupción enfocadas en abordar un problema específico) de los viernes para obtener liberación. Quería que Dios me liberara de esta negatividad. Me negué a permitir que el miedo a la maldición siguiera definiendo mi vida.
“Hoy estoy felizmente casada con mi esposo, Araya. Nos conocimos en la Iglesia Universal y llevamos16 años juntos. Soy bendecida con una hermosa hija, un hogar lleno de amor y estoy contenta con mi carrera.
“En 2007, escuché que nuestra iglesia en Peckham estaba bajo amenaza de cierre. Para mí, la idea de que una de nuestras puertas cerrara significaba que alguien que estuviera sufriendo como yo perdería la oportunidad de encontrar la libertad. No podía permitir que eso sucediera.
“Habíamos planeado tener una boda pequeña hasta que nuestra iglesia en Peckham necesitaraser rescatada. Cuando surgió la idea de casarnos en la cima del Ben Nevis para recaudar fondos, lo hicimos. No sabíamos qué esperar. Fue el día más difícil de nuestras vidas, a pesar de que nos habíamos preparado para ello. En esa montaña, nos enfrentamos a todo tipo de clima del Reino Unido, pero nunca nos arrepentimos de ese sacrificio ni por un momento. Decidimos que todas las ganancias de nuestra boda se destinarían a salvar nuestra iglesia en Peckham.
“Hoy, cada vez que enfrentamos problemas en nuestro matrimonio, siempre recordamos Ben Nevis. Es un placer saber que fuimos parte de mantener las puertas abiertas para que otros reciban el mismo rayo de esperanza que recibimos nosotros.
Jestina Yohannes
La vida puede estar llena de giros inesperados y, a veces, es necesario encontrar el camino correcto para transformar verdaderamente la propia existencia. La trayectoria de Robert Ashitey es un poderoso testimonio de cómo la fe y el apoyo adecuado pueden cambiar por completo la vida de una persona. Mientras la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) celebra su 30o aniversario, Robert reflexiona sobre sus 27 años en la iglesia. Aquí, comparte su historia de transformación y el profundo impacto que la Iglesia ha tenido en él, su familia y quienes lo rodean.
La vida que tengo ahora es buena. Llevo mucho tiempo casado, tengo unos hijos preciosos y una familia maravillosa. Tengo una carrera y un negocio del que me ocupo, y participo en muchas actividades comunitarias. Tengo una vida muy completa, en la que puedo dar y contribuir a muchas personas. Estoy muy agradecido por ello, pero no siempre fue así.
“La persona que era antes no me ayudaba. Robert estaba herido, lleno de traumas y con problemas de ira.
“Llegué a la Iglesia Universal cuando era joven y creo que muchos de los desafíos que enfrenté fueron principalmente internos debido a la familia rota de la que provenía. Mi madre solía beber mucho y tenía sus propios problemas personales, por lo que tenía mucha ira y resentimiento en mi interior.
“Dejé la escuela secundaria sin GCSEs, ya que me distraía fácilmente, no me concentraba y perdía el tiempo en muchas cosas. En aquel entonces, pensaba que mi futuro estaba perdido. No tenía la confianza para hablar con la gente. Tenía muchas inseguridades que no me permitían ser yo mismo en ese momento.
“Estaba rodeado de personas y amigos que estaban involucrados en pandillas. Sonreía, pero por dentro era muy infeliz. Aunque era joven, quería terminar con mi vida porque me sentía muy molesto, muy enojado, muy vacío por dentro. Había un “levántate y anda” dentro de mí, un deseo de hacer cosas, pero en general, cuando estaba solo, no era feliz.
“Me enteré de la Iglesia Universal cuando mi padre recibió un periódico Noticias de la Ciudad. Cuando entré por primera vez, realmente me sentí como en casa.
“El cambio verdadero me llevó casi dos años, pero durante ese período, todo lo que escuchaba, por pequeño que fuera, lo ponía en práctica y ahí es cuando veía los resultados.
Para mim, tornou-se como um campo de treinamento para desenvolver minha fé e me ensinar padrões e princípios de Deus que pratico até hoje.O Grupo Jovem também foi um lugar seguro onde fiz amizades com pessoas que tinham a mesma mentalidade.
Antes, yo era alguien que nunca podía terminar lo que empezaba, pero hoy es todo lo contrario. Era tímido y retraído, pero hoy, lo que me propongo hacer, lo hago.
A lo largo de los años, hice muchas Cadenas de Oración (una serie de reuniones semanales ininterrumpidas centradas en un objetivo, para buscar avances en áreas específicas de la vida a través de una fe constante en acción) para diferentes áreas de mi vida.
Todavía recuerdo el día en que nuestras oraciones fueron respondidas, nos aprobaron un producto hipotecario único y recibimos el visto bueno para nuestra propiedad. ¡Fue increíble!
De alguien que no hacía nada y fracasó en la escuela, hoy tengo un negocio y he adquirido habilidades y capacidades que me permiten cuidar de mi familia y de mí mismo, y también ayudar a los demás.
Otra Cadena de Oración memorable fue la que hice por mi difunta madre. Dios fue fiel porque, con el tiempo, la vi superar sus problemas.
Creo que la gran relación que tengo con mi papá y mis hermanos también es resultado de todas esas oraciones. Tenemos una gran relación; ahora incluso tenemos sobrinos y sobrinas, y somos una gran familia. Hubo un tiempo en que yo estaba solo y era tímido en cuanto a mi vida amorosa, pero ahora estoy casado y tengo mi propia familia.
“Hoy, mi vida es completamente diferente. No me arrepiento en absoluto de ser parte de la Iglesia Universal. Si no hubiera venido a la Iglesia, habría sido una persona realmente desastrosa. Estar aquí cambió todo para mí, mi familia y todos los que me rodean.
“Estoy emocionado por el 30 aniversario de la iglesia. ¿Qué significa para mí? Es un recordatorio de la promesa que Dios me hizo. Cuando le entregué mi vida, uno de los últimos pensamientos antes de bautizarme fue: “¿Qué pasa si le fallo a Dios?” Y Jesús puso en mi corazón: “El Dios al que te estás entregando es lo suficientemente real como para sostenerte en este camino”. Así que 30 años muestran que esta palabra se está cumpliendo. Llegamos hasta aquí Señor, tal como prometiste”.
Robert Ashitey
No hay duda de que todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, ya sea en lo que respecta a la educación, las finanzas, el bienestar o la familia. Una cosa es esperar y desear estas cosas, pero otra es tomar medidas para convertirlas en realidad. ¡Efe Eghobamien hizo esto último!
Como uno de los primeros miembros de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), que celebra su 30 aniversario, Efe recuerda los años con profunda gratitud. Reflexiona sobre cómo la iglesia ha sido casi como una escuela, ayudándolo a desarrollar una fe que no solo condujo a un matrimonio bendecido sino también a una familia próspera.
El carácter y la fe de su esposa, Tombi, fueron fundamentales en su camino; después de todo, detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Como padres y ahora abuelos, miran hacia atrás con orgullo reconociendo cómo su fe y el apoyo de la IURD han moldeado sus vidas.
CUÉNTANOS UN POCO DE TU HISTORIA
Tombi: “Mi vida estaba llena de altibajos. No tenía un trabajo digno y estaba pasando apuros económicos. Mi hermana fue quien me presentó a la Iglesia Universal, y desde el momento en que mi esposo y yo comenzamos a participar en las reuniones, ¡fue el principio de algo grandioso en nuestras vidas! Asistí a una serie de reuniones de los viernes, donde ayudan a combatir la negatividad. Pronto comencé a ver resultados, particulamente en la unión entre mis parientes. Esto despertó mi fe. y quise saber más sobre esta nueva fe. Desde entonces, jamás volví a mirar atrás.”
Efe: “Nuestro hijo nació el mismo año que llegamos a la Iglesia Universal. Asistíamos a diferentes reuniones en la iglesia y, a medida que pasaban los años, aprendí la importancia de bendecir nuestro hogar. No solo aprendí a usar cosas como el Aceite Consagrado como un acto de fe, al igual que las personas en el pasado como un punto de contacto entre ellos y Dios, también escuché testimonios de personas que usaron su fe para la protección de su familia y otras cosas
positivas. Por lo tanto, decidí ser proactivo, porque no quería que ninguna situación negativa le sucediera a mi familia antes de que yo hiciera algo. Recuerdo usar el aceite en cada oportunidad que se me presentaba. Empecé a ungir a mi hijo ,Uyi incluso antes de que fuera a la escuela y antes de que hiciera los exámenes, lo que me dio la confianza de queconfianza de que le iría bien. En todos los años que jugó un deporte físico como el rugby, tanto en la escuela como en la universidad, nunca sufrió una lesión, y creo firmemente que esa fue la protección de Dios.”
¿CUÁL HA SIDO EL MOMENTO MÁS MEMORABLE DE LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS?
Efe: “No es fácil decir solo uno, fueron muchos, pero diría que cuando decidí bautizarme en las aguas y cuando recibí el Espíritu Santo. También recuerdo lo abandonado que estaba el Teatro Rainbow. Ha recorrido un largo camino. Hubo una vez en que dos ladrones intentaron robar el equipo de sonido de la iglesia. No puedo olvidar ese momento. Pude sujetar uno mientras llamaba a los pastores. Muestra el estado de abandono en el que se encontraba el Rainbow en ese momento”
¿CUÁL HA SIDO EL SECRETO PARA MANTENER UNA FE FUERTE?
Efe: “Es saber que Dios es el centro de todo. Entonces, en todos nuestros esfuerzos, nos esforzamos por ver que el nombre de Dios sea glorificado, y eso nos mantiene en marcha. Eso nos mantiene luchando y esforzándonos por ser un ejemplo. Esa es nuestra lucha en todos nuestros esfuerzos, nuestros negocios, en nuestra familia, en nuestra vida espiritual: asegurarnos de glorificar a Dios. Si tenemos este objetivo y esta mentalidad en nosotros, nunca nos rendiremos”.
¿ALGUNA HISTORIA DIVERTIDA O CONMOVEDORA QUE SE DESTAQUE EN LAS ÚLTIMAS TRES DÉCADAS?
Efe: “Yo diría que fue ver cómo los pastores auxiliares se sacrifican por la gente todos los días. El sacrificio de los pastores es muy conmovedor para mí. El fácil acceso que tenemos a los pastores en todo momento es algo que realmente se ha destacado para mí. Esta accesibilidad no era algo a lo que estuviera acostumbrado antes. En la vida, a veces es difícil llegar a las personas con autoridad, pero en la iglesia, es tan fácil… Así que este nivel de sacrificio es conmovedor”.
¿DE QUÉ LOGROS TE SIENTES MÁS ORGULLOSO?
Efe: “No diría que es un logro, diría que es la misericordia de Dios. Es ver a mi familia en la presencia de Dios. Ver a mi hijo, a mi nuera, a mi nieta, a mis sobrinas, a mis sobrinos en la iglesia, en la fe… Cuando venimos a Dios, escuchamos que Él quiere hacer lo imaginable en nuestras vidas. Cuando llegué a la iglesia, solo quería un trabajo. Y para ser honesto, no conseguí ese trabajo (se ríe). No me di cuenta de que Él quería salvar incluso a los que aún no habían nacido. Porque mi hijo no tenía ni un año cuando llegué a la iglesia. Ahora tiene su propia familia. Mis sobrinos y sobrinas aún no habían nacido, ninguno de ellos. Entonces ver todo eso es realmente asombroso. Yo diría que estoy muy orgulloso de eso y no es un logro, sino la misericordia de Dios, ver cómo los planes y los caminos de Dios son superiores a los nuestros. Y me hace darme cuenta de que Él tiene más guardado para mí, así que seguimos adelante”.
¿QUÉ CONSEJO LE DARÍAS A ALGUIEN QUE ESTÁ EMPEZANDO UN CAMINO SIMILAR?
“Es confiar en la soberanía de Dios y seguir su consejo, porque hay momentos en los que quizás no entendamos las cosas y quizás no queramos hacerlas, pero con los años me he dado cuenta de que cuando obedezco, veo la misericordia de Dios. Ese es un testimonio que ha sucedido una y otra vez. Y lo más importante: asegurarnos de que nuestra relación con Dios esté sincronizada en todo momento. Cuando te aseguras constantemente de nutrir tu fe, permaneces en la presencia de Dios. Eso me ha ayudado a seguir adelante y creo que ayudará a todos”.
Denice Allen, Edmonton
La Biblia nos muestra que algunos de los héroes de la de le pedieron a Dios una señal, y el evento de las Señales se basó en ese hecho. No fue una indicación de falta de fe de su parte, sino una manifestación de la misma a la cual Dios respondió. Dios se mostró a través de muchas señales en el pasado y todavía quiere mostrarse a través de señales hoy en día. ¡Fue increíble!
Además, como miembro de VYG en ese momento, fue una gran oportunidad para evangelizar y dar a conocer a la gente este gran evento. Esto fue importante para mí porque sentí que, si las personas tuvieran la oportunidad de ver las señales y maravillas de Dios como en el pasado, sus ojos se abrirían para poder ver la mayor maravilla de todas: la Salvación.
Yo también tenía una señal que necesitaba ver y que le pedí a Dios en ese momento. Tenía un sueño, un gran deseo de trabajar en el ámbito de la educación, pero había pasado más de un año trabajando en otro sector y no conseguía ninguna oportunidad en mi campo elegido. Fue después de ese evento que recibí primera señal de un cambio, y desde entonces he estado en educación, marcando la diferencia e impulsando mis habilidades.
