Prevenir es mejor que curar

mi relación con Dios, uno de los momentos más difíciles,

Prevenir es mejor que curarSegún una investigación dirigida por AbbVie, una gran empresa biofarmacéutica estadounidense que cotiza en bolsa, dos tercios de los adultos del Reino Unido postergan ir a los médicos por temor a recibir malas noticias.

El estudio realizado con 2.400 adultos reveló que el 61% consideraban retrasar una cita con el médico por temor al diagnóstico de una enfermedad  grave. Davina Núñez podría haber enfrentado consecuencias potencialmente mortales si retrasara más su revisión médica.

Davina ya era miembro de la Iglesia Universal cuando recibía las cartas de su médico para asistir a un examen de cuello uterino (también conocido como examen de frotis). El NHS (Servicio Nacional de la Salud Pública en Inglaterra) explica que estos exámenes verifican la salud del cuello uterino, sirve para prevenir el cáncer y todas las mujeres a partir de los 25 años deben examinarse. El problema es que no todos ven la importancia de estos exámenes y lo mismo podría decirse de Davina. Ella ignoró las cartas por temor a cómo le iría en la cita, a pesar de que siempre escuchaba en la iglesia sobre el uso inteligente de la fe; es decir, buscar orientación espiritual y física en cualquier situación que se enfrente y especialmente no descuidar lo físico, incluso si está trabajando en lo espiritual. Asistir a revisiones médicas y tomar medicamentos recetados por el médico, etc., son aspectos físicos que no se deben evitar debido a que complementan las actividades espirituales como la oración. Desafortunadamente, fueron muchas las veces que el miedo de Davina habló más fuerte e ignoró las cartas, hasta que un día decidió abrir una.

Ella explica: Ignoré las cartas hasta que me llegó la 3ra o 4ta, pero fue con la última carta que realmente decidí ir. Era como si Dios me estuviera diciendo que fuera, que era urgente. Después de la prueba, recibí la noticia de que tenía células anormales (que podrían convertirse en cáncer) y, como resultado, mi fe se sacudió un poco. Me acordé de las enseñanzas que había recibido en las reuniones de la iglesia, sabía que no tenía otra opción que mantener y usar mi fe para ir a todas mis citas, biopsias y exámenes.

Esto me llevó al límite físico y mentalmente, pero mi fe me mantuvo firme. Invertí en mi relación con Dios, me aseguré de contarle todos mis miedos y ansiedades. No fue un proceso fácil ya que los pensamientos negativos me bombardeaban la mente durante y después de las citas y especialmente después de que mi padre falleciera de cáncer, pensé que podría ser la próxima.

No fue al médico hasta que sus síntomas fueron realmente graves y luego ya era demasiado tarde, ya que el cáncer se propagó. Siempre maquinaba esto en mi mente. Sin embargo, gracias a Dios fui cuando fui. No era demasiado tarde para que los médicos me ayudaran y Dios me daba ánimos en cada cita a laque fui y me hizo centrarme en todas sus promesas de salud mencionadas en la Biblia. Usar el agua bendecida en la iglesia también me dio la fe de que todo saldría bien. Al principio, no quería operarme, pero decidí hacerlo.

La cirugía fue excelente y agradezco a los médicos por su atención y ayuda. Hoy ya no tengo células anormales y creo que mi fe me mantuvo en uno de los momentos más difíciles de mi vida. Mi consejo para todos los que lean esto es: no ignoren las cartas. Es mejor prevenir que curar.

Davina Nunez

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