Hablar no te hace débil

Fundación de Salud Mental, la mayor etapa de mi vida, soy verdaderamente feliz,

Hablar no te hace débilSegún la Organización Mundial de la Salud, el aislamiento está fuertemente asociado con  el comportamiento suicida. Teniendo en cuenta que los hombres normalmente son menos propensos a desahogarse cuando enfrentan un problema, La probabilidad de que un hombre deprimido se suicide es mayor.

Una investigación de la Fundación de Salud Mental lo confirma. Demostró que en 2017, el 75% de los que se suicidaron en Gran Bretaña fueron hombres.

David Baer llegó a conquistar todo lo que quería: fama, reconocimiento, chicas; pero nada de eso podía llenar el enorme vacío que llevaba por dentro. Sin embargo, entendió la importancia de desahogarse en vez de luchar solo. Lee su historia para descubrir cómo lo hizo.

“Durante la mayor parte de mi infancia vivía a solas en Alemania, donde nací, cuidando de mí mismo. Mi madre se había ido a Inglaterra con una de mis hermanas para comenzar una vida mejor para nosotros. Aunque me dejó con mi padre y mi hermana mayor, casi nunca estaban en casa. De aquella, solo tenía diez años, así que me sentía extremadamente desatendido. Todo lo que hacían era dejar dinero y comida.

Debido a que prácticamente estaba creciendo solo, permití que otros niños me influenciaran, y fue así como me introdujeron al sexo y a las niñas. Aunque esto me hacía sentir un poco mejor conmigo mismo, todavía no me quitaba la sensación de abandono, lo que me causó una profunda tristeza.

Cuando vine a Inglaterra, le guardaba mucho rencor a mi familia por no haberme dado el cariño y la atención que necesitaba cuando era niño. Fue en una fiesta donde experimenté ser visto por primera vez, no solo eso sino que también me reconocieran. Me pidieron que bailara y mientras bailaba, todos me animaban. En ese momento, me sentí bien. La gente me quería, se fijaron en mí. ¡Quería más! Así que empecé a bailar en mi zona con otros dos amigos. Comenzamos a ser populares en Leeds, donde vivía. Muchas chicas se acercaban a mí, así como desconocidos que querían ser amigos míos. Sin embargo, todavía quería más.

Decidimos presentarnos a Britain’s Got Talent. Esa fue la mayor etapa de mi vida, mi oportunidad de ser reconocido por el mundo. Llegamos a las semifinales e incluso contaba con el apoyo de mi familia, pero nada llenaba el insoportable agujero que tenía dentro de mí. Como resultado, solo quería acabar con todo.

En ese entonces, un amigo me invitó a VYG, el grupo de jóvenes de la Iglesia Universal. Me sentía muy cómodo en ese lugar. La gente allí era muy acogedora y los asesores eran sensatos y estaban dispuestos a escucharme, así que me sentí lo suficientemente cómodo como para desahogarme. Esta fue la primera vez que hablé acerca de lo que estaba sintiendo por dentro. Antes,
no quería que me vieran como un tipo débil, pero ellos no me parecían críticos y, francamente, no lo eran. De hecho, habían pasado por problemas similares a los míos y pudieron superarlos.

Me dieron consejos prácticos y, al aplicarlos, mi vida comenzó a cambiar paulatinamente. Con el tiempo, llegué a comprender que no eran las chicas, el dinero o la fama lo que me traería felicidad interior, sino algo más grande. Necesitaba la paz que venía de Dios para llenarme desde dentro. Por lo tanto, decidí fortalecer mi relación con Él y perdonar a mi familia. Esto nos permitió ser más íntimos.

En resumen, dejé de lado todo lo que me intoxicaba emocionalmente, como los rencores que le guardaba a mi familia, y trabajé en desarrollar mi fuerza interior, reconstruyéndome, dándome valor. Hoy soy verdaderamente feliz. Mi familia se ha reunido y hay unión. Ya no siento esa profunda tristeza. Me encanta mi vida.’

David Baer

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