“EL CRACK, EL ALCOHOL Y EL JUEGO DICTABAN MI VIDA”

 EL ALCOHOL Y EL JUEGO DICTABAN MI VIDATodos hemos escuchado el dicho popular: “Una vez adicto, siempre adicto”. ¿Pero es realmente cierto? Jimmy Sowunmi de Finsbury Park no está de acuerdo. Descubra cómo encontró la fuerza para quebrar el hábito.

“Yo era un hombre egoísta que ahuyentó a mi ex esposa. Era codicioso y la traté terriblemente. A cambio de todo el maltrato durante años, ella me dejó. Me sentí solo y mi matrimonio fallido me llevó a desarrollar un fuerte hábito de beber y consumir drogas que me afectó durante años. Gasté mi dinero en juegos de azar. Me estaba yendo por una pendiente resbaladiza. El crack, el alcohol y el juego dictaban mi vida. Todo se había derrumbado”.

Una adicción es un problema del que puede ser difícil salirse debido al placer que proporciona, tanto emocional como físicamente. Estos breves momentos de placer pueden dificultar que alguien quiebre el hábito, aunque sepa que no es bueno para él. Sin embargo, Jimmy vio una luz al final del túnel cuando, un domingo por la tarde, pasó por delante de la Iglesia Universal.

“Estaba harto de ser esclavizado por mis hábitos negativos. Llevaba diez años en esa situación, así que decidí buscar a Dios y entré en la iglesia para pedir ayuda. Me aconsejaron que comenzara una cadena de oración (un programa en el que te enfocas en resolver un problema específico a través de una combinación de consejos prácticos, acción y oración), la cual seguí fielmente.

Con el apoyo espiritual y la dirección de los asesores, pude encontrar la fuerza interior para luchar contra mi voluntad. Empecé a orar más y a evitar cualquier entorno que me pudiera influir negativamente. También corté todo contacto con las drogas y, con el tiempo, logré controlar mi impulso hasta que desapareció por completo”.

Durante la pandemia, son muchos los ex adictos recayeron, como un mecanismo de afrontamiento para lidiar con el confinamiento y la situación en general, pero ni siquiera eso pudo sacudir la fe y la fuerza de voluntad de Jimmy.

“Una vez que me liberé, desarrollé una relación muy íntima con Dios, y prometí que jamás volvería a ese estilo de vida. Así que la recaída nunca fue una opción para mí. Dios me da fuerzas para pasar por todos los problemas y, durante esta pandemia, no fue diferente. Soy un hombre nuevo y, con los años, también pude restaurar mi vida amorosa. Hoy estoy felizmente casado y llevo 20 años sin tocar las drogas. ¡He recuperado mi vida! Por lo tanto, no creo que “una vez adicto, siempre adicto”, ya que mi propia vida demuestra que es posible superarlo.

Mi consejo para cualquiera que esté luchando contra los hábitos negativos es: primero, decida luchar contra la opresión por la que está pasando; segundo, busque ayuda espiritual y obedezca fielmente la guía que recibirá, tal como lo hice yo. Si sigue estos pasos, estoy seguro de que su vida nunca volverá a ser la misma”.

Jimmy Sowunmi

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