‘No había otra opción más que amputar mi pie’

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“Hace unas semanas, no me hubiera imaginado a mi misma ante una sala llena de gente compartiendo mi historia. Lo hago para que otros que se sienten tan indefensos como yo me sentía, independientemente de las luchas que tengan, también puedan recibir la esperanza de seguir adelante.

Cuando los médicos me dijeron que no podían hacer nada para salvar mi pie, me resultó difícil aceptarlo. Las cosas se pusieron tan mal que hace poco más de una semana podía ver mis tendones a través de la herida abierta y, sin embargo, aquí estoy sin dolor, compartiendo mi caso con todos. Cuando realmente reconocí lo ocurrido delante de todos, no pude contener las lágrimas.”

La inspiradora historia de Felisebela Amparo comenzó cuando en su pie le salió lo que ella describe como un forúnculo. Al principio no parecía tan malo, pero cuando comenzó a extenderse, me alarmé.

El ‘forúnculo’ resultó ser una úlcera en el pie. Los médicos lograron drenarlo pero la herida no se cerró. Probaron un injerto de piel (procedimiento quirúrgico donde se trasplanta un trozo de piel sana a otra parte del cuerpo de un paciente) pero la herida siguió ensanchándose. Nadie podía determinar qué era lo que estaba causando esto, por lo que la amputación parecía ser la única opción.

En esos momentos, Felisebela estaba pasando mucho dolor. Le resultaba difícil caminar, ya no podía usar zapatos en el pie infectado y con frecuencia tenía fiebre alta. Esta agonía de nueve meses llegó a un fin milagroso en septiembre, después del mega evento en el estadio de Kiyam Prince Foundation, el Día del Poder.

“No pude aceptar mi condición. Mi fe no lo permitía. Creía que de alguna manera, Dios podía ayudarme. Cuando escuché sobre el Día del Poder, fue como la respuesta a mi oración. No pude asistir debido a mi pie, pero le pedí a mi hija y a mi nieto que fueran en mi nombre y oraran por mí, y así lo hicieron. También me trajeron un frasco de aceite que había sido bendecido.”

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Puede parecer una locura para los demás, pero utilicé el aceite en mi pie porque me daba la tranquilidad y la seguridad de que todo estaría bien. ¡Día a día, la herida comenzó a cerrarse por sí sola! Dos semanas después del Día del Poder, la herida se había cerrado por completo y estaba de pie sin dolor. No lo podía creer.

Estaba tan feliz que tuve que compartir lo que me sucedió con todos los que puede que se sientan como yo. Cuando surgen grandes problemas, es fácil sentir que la situación es irreversible y que no se puede hacer nada al respecto. No desistas de ti mismo. Mi fe me dio un poder interno que no aceptó la situación. Me dio esperanza. No sé cómo explicarlo, pero cuando deposité mi fe en Dios, ¡todo cambió! ¡Es nada más y nada menos que un milagro!”

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Felisbela Amparo

* El consejo espiritual del Centro de Ayuda UCKG debe considerarse complementario a cualquier tratamiento científicamente comprobado que pueda estar recibiendo. El Centro de Ayuda de UCKG no pretende curar a las personas, pero cree que Dios puede a través del poder de la fe. Siga siempre los consejos de tu médico.

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